jueves, 26 de julio de 2007

Comenzó la loca carrera de las encuestas:
El pasado lunes se conocieron al menos tres
encuestas respecto a la gestión del gobierno

Los últimos años, en materia proselitista han sido marcados por cambios sensibles en el estilo de hacer política, en especial en cuanto a la cada vez mayor influencia de los medios de comunicación, por sobre el contacto personal del político con el ciudadano y en medio de todo esto, los sondeos de opinión se han ido fortaleciendo al extremo tal que hay quienes consideran debiera reglarse de manera más estricta su funcionamiento, por considerar que son formadoras de opinión, mal utilizadas pueden transformarse en herramientas negativas en un proceso electoral.
En este apurado camino electoral que ya estamos viviendo los uruguayos, las empresas especializadas en el tema no han quedado a la zaga, comenzando el bombardeo de las cada vez más desorientadas conciencias ciudadanas.
Ante la publicación de datos que indicaban que la intención de voto para el Frente Amplio había caído a un 40%, luego de haber estado por encima del 50%, el Presidente de la República dijo retruco y presentó a sus Ministros otro trabajo en el que se indica que el grado de aprobación ala gestión de Vázquez alcanza a un 56% y desciende al 50% cuando se refiere al gobierno. Por su parte el Partido Nacional manejó datos diferentes en los que también es apreciable el descenso en la intención de voto de los uruguayos hacia el oficialismo.
Como podrá apreciar el lector hay para todos los gustos y no sea mal pensado al creer que se pueden hacer “a gusto del cliente”.
Por otro lado también a través de Internet se realizan estudios de opinión, con preguntas muy simples, como es el caso del “Portal Montevideo”, quien quiere saber la preferencia por los posibles reemplazantes de Lacalle, llamando la atención el más del 30% que lleva Vidalín.
Es tan sólo el comienzo de una loca, loca carrera que finalizará tan sólo pocas horas antes de cada acto eleccionario y seguramente una vez más surgirán voces que desaprobaran y otros que en nombre de la libertad y la democracia dirán que las cosas deben seguir así, mientras tanto nosotros, simples, humildes y mortales ciudadanos seguiremos con nuestra conciencia a cuestas intentando elegir al mejor o quizás, pero mire que sólo quizás, al menos peor.
Que todo sea en nombre de la democracia, amén.

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